Con la muerte de Franco acaba la censura y empieza una nueva etapa en la narrativa española. En 1975, pocos meses antes de la muerte de Franco, se publica La verdad sobre el caso Savolta, la novela de Eduardo Mendoza que en su momento fue clave porque supuso la vuelta al interés por la trama, al placer de contar una historia, pero utilizando los recursos narrativos propios del experimentalismo de la etapa anterior. Es una novela con un argumento claro y con unos personajes bien definidos, con intriga, aventura, amoríos y enredo como las novelas folletinescas, pero en la que se mezclan materiales narrativos diversos para su construcción, con desorden cronológico, con variedad de registros lingüísticos y con elementos paródicos de otros géneros narrativos. Supuso una renovación del género que se había anclado en la autocomplacencia experimental y estética al alcance de una minoría. Inaugura la novela de la Transición, un realismo renovado. Eduardo Mendoza es autor de novelas que se sitúan en un pasado reciente como La ciudad de los prodigios, El año del diluvio y Una comedia ligera; otras, se sitúan en el presente o en el futuro como El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador de señoras. Un relato de carácter intimista lo encontramos en La isla inaudita. La ciencia ficción aparece en Sin noticias de Gurb y en El último trayecto de Horacio Dos.
Eduardo Mendoza pertenece a la llamada Generación del 68, a la que también pertenecen José Mª Guelbenzu, Manuel Vázquez Montalbán, Álvaro Pombo, José Mª Merino, Luis Mateo Díez, Félix de Azúa y Juan José Millás.
Las tendencias narrativas de estos autores prevalecen en la novela actual y vienen a ser reafirmadas por los novelista de los 80 y 90, entre los que destacan Javier Marías, Rosa Montero, Jesús Ferrero, Julio Llamazares, Almudena Grandes y Antonio Muñoz Molina.
La novela actual se caracteriza por la utilización de formas narrativas tradicionales y por la importancia que tiene el relato. Predominan las narraciones sencillas y de carácter realista. Existe un marcado individualismo de los autores: los escritores no forman hoy grupos porque no existe una tendencia clara - por afinidad estética o ideológica- que los aglutine. Ante los problemas colectivos manifiestan una mirada distanciadora, un tono humorístico o de amargo cinismo que, a veces, se manifiesta como trivialidad. Las preocupaciones existenciales, los problemas en la realización de la propia personalidad (se habla de neorromanticismo, de "apoteosis de lo privado") siguen siendo los motivos que prevalecen, como la soledad, la dificultad de las relaciones interpersonales, la intimidad, el amor, el erotismo o la muerte. Además, la novela se ha convertido en el género estrella por el número de ventas, por el número de lectores. La novela se ha mercantilizado y esto está influyendo en la creación y en la calidad de las obras. La novela histórica y la novela negra gozan de gran popularidad y su publicación va respaldada con una fuerte campaña publicitaria y de marketing.
Novelas que ejemplifican esta tendencia son Los delitos insignificantes (1986) de Álvaro Pombo, Luna de lobos (1985) de Julio Llamazares, La ciudad de los prodigios (1986) de Eduardo Mendoza, o Bélver Yin (1986) de Jesús Ferrero. Incluso se vuelve por lo general al relato cerrado y de final explícito, como En días como estos (1981), de Lourdes Ortiz.
Hay un cambio significativo hacia las personas tradicionales del relato, predominan los relatos en primera y tercera personas. La segunda sólo permanece en algunos autores consagrados que han participado de determinados hallazgos y renovaciones del experimentalismo, como es el caso de Gonzalo Torrente Ballester en La isla de los jacintos cortados (1980).
Estas novelas del realismo renovado ponen al descubierto los atributos del hombre de hoy, la confusión del hombre moderno obligado a reflexionar sobre la realidad que le rodea, a buscarle un sentido porque ha perdido la fe en aquellos valores que garantizaban y explicaban el mundo. Los personajes de esta novela son personajes desvalidos, inseguros, desorientados, en busca de su propia identidad.
En la actualidad se observa, además de esta tendencia del realismo renovado, una gran libertad y diversidad de tendencias. Merecen ser citadas: Intemperiede Jesús Carrasco (2013). No debe olvidarse que la novela es objeto de consumo en una oferta diversificada del mercado editorial.
Tendencias de la narrativa actual:
- Metanovela.
- Novela histórica.
- Novela negra.
- Novela neorrealista o de la Generación X.
- Novela lírica ( La lluvia amarilla de Julio Llamazares, El lápiz de carpintero de Manuel Rivas).
- Novela autobiográfica (Corazón tan blanco de Javier Marías).
- Novela culturista.
- Novela testimonial.
- Novela experimental.
En los últimos años han aparecido novelas tan importantes como Crematorioy En la orilla de Rafael Chirbes, o las novelas de Javier Marías, de Martínez de Pisón, Andrés Trapiello, Antonio Muñoz Molina, Julio Llamazares, ( La lluvia amarilla, Distintas maneras de mirar el agua), Manuel Longares. Junto a estos novelistas consagrados y de gran calidad literaria, hay también una generación de jóvenes novelistas ( Laura Freixas, Marta Sanz, Jon Bilbao, Agustín Fernández Mallo – Nocilla Dream de la generación Nocilla, mutantes, after-pop-…, Elvira Navarro, Alberto Olmos, Andrés Barba, Pablo Gutiérrez, Javier Montes, Sonia Hernández). Pero también se han publicado novelas best sellers (fenómenos meramente comerciales), cuyos ejemplos más emblemáticos son los de Carlos Ruiz Zafón, Ildefonso Falcones, Matilde Asensi o Javier Sierra. También El tiempo entre costuras de María Dueñas (La templanza, 2015), El guardián invisible de Dolores Redondo, etc.
Agunos nombres merecen un espacio mayor como los de Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Almudena Grandes, Javier Cercas, etc.
Almudena Grandes se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Desde entonces el aplauso de los lectores y de la crítica no ha dejado de acompañarla. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón y El corazón helado, junto con los volúmenes de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en uno de los nombres más consolidados y de mayor proyección internacional de la literatura española contemporánea. Varias de sus obras han sido llevadas al cine, y han merecido diversos premios. Su novela más reciente, Inés y la alegría, ha recibido el Premio de la Crítica de Madrid, el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz. Con ella inauguraba la serie Episodios de una Guerra Interminable, cuya segunda entrega es El lector de Julio Verne. En 2014 publicó la tercera entrega con Las tres bodas de Manolita.
Javier Marías destaca por la notable perfección técnica con que elabora sus novelas, que se inscriben en una línea de experimentación narrativa, es el rasgo característico de
este autor traducido a muchas lenguas y que goza de unánime estima por parte de la crítica europea. Sus obras reflejan de forma irónica, distanciada e introspectiva la perplejidad que genera el perpetuo contraste entre realidad, apariencia y memoria. Publicó antes de los veinte años su primera novela, Los dominios del lobo (1971), llena de peripecias ambientadas en Estados Unidos, escrita en un estilo ágilmente periodístico que rendía homenaje tanto al admirado cine hollywoodiano de las décadas de 1950 y 1960 como a un olimpo privado de novelistas norteamericanos, entre ellos Faulkner, Hammet, Melville y S. S. van Dine. La novela constituyó uno de los primeros indicios de la revuelta generacional de la década de 1970, que llevaría a un interesante grupo de novelistas y de poetas (conocidos con la denominación de "novísimos") a rechazar la tradición literaria española que se identificaba, sobre todo, con el color local de varias etapas de realismo.
Javier Marías fue uno de los máximos exponentes de esta nueva tendencia estética que situaba su propia filiación cultural fuera del ámbito ibérico, oponiéndose de forma directa al pomposo amor por la patria que predicaba el franquismo, pero también a la literatura didáctica y militante de sus oponentes. Con Travesía del horizonte (1973) experimentó una escritura elaborada sobre los cánones de la novela eduardiana, exhibiendo la influencia de Conrad y de James como provocador manifiesto artístico, que reivindicaba para el hecho literario la primacía de una creatividad libre de las obligaciones testimoniales, tanto en la elección de los temas como en los elementos expresivos.
Como muchos otros autores de su generación, parece tener de español sólo la lengua; sus ricas construcciones sintácticas y su léxico exquisito no pueden prescindir, sin embargo, del patrimonio de elegancia formal que hunde sus raíces en el Siglo de Oro. El hecho de que el lenguaje se exprese a veces a través de los escritores más de lo que están dispuestos a admitir se demuestra en la original obra El monarca del tiempo (1978), que Javier Marías definió como "novela" a pesar de estar formada por tres narraciones, un ensayo literario y una pièce teatral, unificados por un sutil y versátil análisis de las implicaciones temporales de la verdad, analizadas con argumentos muy variados, que toman como referencia desde un general napoleónico hasta el Julio César de Shakespeare, pasando por un ángel sobrenatural.
Con la novela El siglo (1983), considerada como uno de los ejemplos de narrativa más interesantes del posfranquismo, Marías diluye el experimentalismo inicial para narrar las vicisitudes que tienen como marco un país al que nunca se nombra, pero que una inconfundible guerra civil permite identificar con España, a pesar de los improbables paisajes de su geografía y de las polivalencias lingüísticas de los nombres de algunos personajes. Con una prosa ora solemne, ora burlesca, que evoca los refinamientos estilísticos del barroco, especialmente el inglés, la novela cuenta el parabólico destino de un ambiguo personaje, nacido no por casualidad en 1900, que se identifica tortuosamente con los esplendores y las miserias de la España del siglo XX. Una historia de impulsos nobles y de elecciones ignominiosas, de pasiones trascendentales y juegos rudos, cruzada por un austero sentimiento de la muerte que la transforma en un renovado desengaño de nuestro tiempo, y que pertenece tanto a la tradición española como a la cultura del mundo occidental.
El tono suavemente irónico y reflexivo, así como el permanente protagonismo del narrador en intrigas un tanto nebulosas, vuelven a aparecer en Todas las almas (premio Ciudad de Barcelona, 1989), evocación desmitificadora de los dos años que pasó en la universidad de Oxford. No obstante todos estos brillantes antecedentes, Javier Marías no comenzó a ser un escritor verdaderamente popular hasta Corazón tan blanco (1992), libro de estructura circular que versa sobre los peligros de indagar en el propio pasado corriendo el riesgo de descubrir lo que debería permanecer oculto, y con el que obtuvo el Premio de la Crítica.
Su siguiente novela, Mañana en la batalla piensa en mí (1995), cuenta un hecho sobrecogedor que tuvo consecuencias imborrables en la vida del personaje principal, un guionista de televisión y escritor llamado Víctor Francés. Con esta novela se consolidó el prestigio y la difusión de Marías, ya que llovieron sobre él los premios internacionales, entre los que sobresale el Rómulo Gallegos, que se le concedió ese año.
Posteriormente publicó Negra espalda del tiempo (1998) y emprendió una extensa trilogía con Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza (2002), a la que siguió Tu rostro mañana 2. Baile y sueño, en 2004, y que se completó con Tu rostro mañana 3. Veneno y sombra y adiós (2007). También es autor de los libros de relatos Mientras ellas duermen (1990) y Cuando fui mortal (1996), del volumen de ensayos Pasiones pasadas (1991), de la colección de biografías Vidas escritas (1992) y de las recopilaciones de artículos Literatura y fantasma (1993), Vida del fantasma (1995), Seré amado cuando falte (1999), El oficio de oír llover (2005) y Donde todo ha sucedido. Al salir del cine (2005). De 2011 son el libro de literatura infantil Ven a buscarme y la novela Los enamoramientos. En 2006 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Así empieza lo malo es su última novela, publicada en 2014 (Así empieza lo malocuenta la historia íntima de un matrimonio de muchos años, narrada por su joven testigo cuando este es ya un hombre plenamente adulto. Juan de Vere encuentra su primer empleo como secretario personal de Eduardo Muriel, un antaño exitoso director de cine, en el Madrid de 1980. Su trabajo le permite entrar en la privacidad de la casa familiar y ser espectador de la misteriosa desdicha conyugal entre Muriel y su esposa Beatriz Noguera.
Muriel le encarga que investigue y sonsaque a un amigo suyo de media vida, el Doctor Jorge Van Vechten, de cuyo indecente comportamiento en el pasado le han llegado rumores. Pero Juan no se limitará a eso y tomará dudosas iniciativas, porque, como él mismo reconoce desde su edad madura, -los jóvenes tienen el alma y la conciencia aplazadas-. Así descubrirá que no hay justicia desinteresada, sino que está siempre contaminada por el rencor personal y por los propios deseos, y que todo perdón o castigo son arbitrarios. Es un libro sobre el deseo, como uno de los motores más fuertes en la vida de las personas).
Antonio Muñoz Molina cursó estudios de periodismo en Madrid y se licenció en Historia del Arte en la Universidad de Granada. Novelista, ensayista y articulista. Desde 1995 es miembro de la Real Academia Española. Publicó su primera novela, Beatus Ille (1986), galardonada con el Premio Ícaro. En esta primera novela, expuso los elementos con que se caracterizan sus obras literarias: un interés en crear tramas sobre temáticas actuales para atraer la atención del lector, asimilar diferentes técnicas y realizar experimentos formales con la intención de mejorar la narración y exponer en sus obras su profundo compromiso con un pasado histórico, quizás demasiado olvidado.
Su segunda obra, titulada El invierno en Lisboa, de 1987, fue merecedora del Premio Nacional de Literatura y del Premio de la Crítica en 1988; en ella supo crear un argumento atractivo mediante la mezcla de distintos elementos tomados del cine negro, con referencias musicales del jazz. Beltenebros (1988) supuso un decisivo avance en la trayectoria del autor, ya que consiguió una gran popularidad tras ser adaptada como guión cinematográfico. La novela describe las impresiones del capitán Darman, un exiliado político que regresa a Madrid para eliminar a un confidente y que revive una misión similar cumplida años atrás.
Su trayectoria literaria continuó con Córdoba de los Omeyas (1991) y El jinete polaco(1991), que obtuvo en 1991 el Premio Planeta y en 1992 el Nacional de Narrativa, recibiendo el autor ese mismo año el Premio Nacional de Traducción. Publicó después un volumen de relatos, Nada del otro mundo (1993), el estudio Sostener la mirada, imágenes de las Alpujarras (1993) y una novela corta, El dueño del secreto (1994), que describe una conspiración contra el general Franco.
En 1995 publicó Ardor guerrero, relato crítico centrado en sus experiencias durante el servicio militar. En 1997 apareció Plenilunio, considerada por la crítica como su obra de mayor madurez. Se trata de una historia de intriga donde el crimen es sólo la excusa para caracterizar, de manera ambivalente, a una serie de personajes.
Otras obras suyas son Pura alegría (1998), un ensayo en el que incluye su discurso de ingreso en la Real Academia y varias conferencias sobre la creación literaria; Las huellas de unas palabras (1999); Carlota Fainberg (1999) y En ausencia de Blanca (2000). Posteriormente publicó Sefarad (2001), La vida por delante (2002), Ventanas de Manhattan(2004) y El viento de la Luna (2006), La noche de los tiempos (2009) y su última novela Como la sombra que se va(2014). En 2013 publicó un ensayo que tuvo bastante repercusión Todo lo que era sólido. En 2014 publicó Como la sombra que se va ( Una ciudad. Un magnicidio. Una obsesión. La huida del asesino que no pudo matar un sueño de libertad. El 4 de abril de 1968 Martin Luther King fue asesinado. Durante el tiempo en que permaneció en fuga, su asesino, James Earl Ray, pasó diez días en Lisboa tratando de conseguir un visado para Angola. Obsesionado por este hombre fascinante y gracias a la apertura reciente de los archivos del FBI sobre el caso, Antonio Muñoz Molina reconstruye su crimen, su huida y su captura, pero sobre todo sus pasos por la ciudad. Lisboa es paisaje y protagonista esencial en esta novela, pues acoge tres viajes que se alternan en la mirada del escritor: el del prófugo Earl Ray en 1968; el de un joven Antonio que en 1987 parte en búsqueda de inspiración para escribir la novela que lo consagró como escritor, El invierno en Lisboa, y el del hombre que escribe esta historia hoy desde la necesidad de descubrir algo esencial sobre estos dos completos desconocidos. Original, apasionante y honesta, Como la sombra que se va aborda desde la madurez temas relevantes en la obra de Antonio Muñoz Molina: la dificultad de recrear fielmente el pasado, la fragilidad del instante, la construcción de la identidad, lo fortuito como motor de la realidad o la vulnerabilidad de los derechos humanos.)
Javier Cercas nació en Ibahernando (Cáceres), en 1962. A los cuatro años se traslada con
su familia a Girona. Doctor en Filología Hispánica, ha sido profesor entre 1989 y 2005 en la Universidad de Girona. Su primera incursión en la literatura es el libro de cuentos El móvil de 1987. Después vino El inquilino (1989) y El vientre de la ballena de 1997 (reescrita y reeditada en 2014). Su tercera novela, Soldados de Salamina, supone su consagración de crítica y público. La obra recibe varios galardones nacionales e internacionales y es llevada al cine por David Trueba. Colaborador habitual del diario “El País”, ha compilado sus artículos de prensa en el libro “Una buena temporada”. En 2009 aparece Anatomía de un instante. Con esta crónica novelada del golpe de estado del 23-F gana el Premio Nacional de Narrativa. Sus últimas novelas son Las leyes de la frontera (2012) y El impostor (2014). Sus novelas han sido caracterizadas como novelas testimonio, en ellas ha mezclado la crónica y la ficción.
su familia a Girona. Doctor en Filología Hispánica, ha sido profesor entre 1989 y 2005 en la Universidad de Girona. Su primera incursión en la literatura es el libro de cuentos El móvil de 1987. Después vino El inquilino (1989) y El vientre de la ballena de 1997 (reescrita y reeditada en 2014). Su tercera novela, Soldados de Salamina, supone su consagración de crítica y público. La obra recibe varios galardones nacionales e internacionales y es llevada al cine por David Trueba. Colaborador habitual del diario “El País”, ha compilado sus artículos de prensa en el libro “Una buena temporada”. En 2009 aparece Anatomía de un instante. Con esta crónica novelada del golpe de estado del 23-F gana el Premio Nacional de Narrativa. Sus últimas novelas son Las leyes de la frontera (2012) y El impostor (2014). Sus novelas han sido caracterizadas como novelas testimonio, en ellas ha mezclado la crónica y la ficción.
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