viernes, 26 de febrero de 2016

EL TEATRO DEL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

EL TEATRO DEL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

CHARLA SOBRE TEATRO EN LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉDEZ PELAYO
FEDERICO GARCÍA LORCA


Queridos amigos: Hace tiempo hice firme promesa de rechazar toda clase de homenajes, banquetes o fiestas que se hicieran a mi modesta persona; primero, por entender que cada uno de ellos pone un ladrillo sobre nuestra tumba literaria, y segundo, porque he visto que no hay cosa más desolada que el discurso frío en nuestro honor, ni momento más triste que el aplauso organizado, aunque sea de buena fe.
Además, esto es secreto, creo que banquetes y pergaminos traen el mal fario, la mala suerte, sobre el hombre que los recibe; mal fario y mala suerte nacidos de la actitud descansada de los amigos que piensan: "Ya hemos cumplido con él".
Un banquete es una reunión de gente profesional que come con nosotros y donde están, pares o nones, las gentes que nos quieren menos en la vida.
Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en los cuales se nos dijera gallardamente y con verdadera saña: "¿A que no tienes valor de hacer esto?" "¿A que no eres capaz de expresar la angustia del mar en un personaje ?" "¿A que no te atreves a contar la desesperación de los soldados enemigos de la guerra?". Exigencia y lucha, con un fondo de amor severo, templan el alma del artista, que se afemina y destroza con el fácil halago. Los teatros están llenos de engañosas sirenas coronadas con rosas de invernadero, y el público está satisfecho y aplaude viendo corazones de serrín y diálogos a flor de dientes; pero el poeta dramático no debe olvidar, si quiere salvarse del olvido, los campos de rosas, mojados por el amanecer, donde sufren los labradores, y ese palomo, herido por un cazador misterioso, que agoniza entre los juncos sin que nadie escuche su gemido.
Huyendo de sirenas, felicitaciones y voces falsas, no he aceptado ningún homenaje con motivo del estreno de Yerma; pero he tenido la mayor alegría de mi corta vida de autor al enterarme de que la familia teatral madrileña pedía a la gran Margarita Xirgu, actriz de inmaculada historia artística, lumbrera del teatro español y admirable creadora del papel, con la compañía que tan brillantemente la secunda, una representación especial para verla.
Por lo que esto significa de curiosidad y atención para un esfuerzo notable de teatro. doy ahora que estamos reunidos, las más rendidas, las más verdaderas gracias a todos. Yo no hablo esta noche como autor ni como poeta, ni como estudiante sencillo del rico panorama de la vida del hombre, sino como ardiente apasionado del teatro de acción social. El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo; y un teatro destrozado. donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar y adormecer a una nación entera.
El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.
Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo". No me refiero a nadie ni quiero herir a nadie; no hablo de la realidad viva, sino del problema planteado sin solución.
Yo oigo todos los días, queridos amigos, hablar de la crisis del teatro, y siempre pienso que el mal no está delante de nuestros ojos, sino en lo más oscuro de su esencia; no es un mal de flor actual, o sea de obra, sino de profunda raíz, que es, en suma, un mal de organización. Mientras que actores y autores estén en manos de empresas absolutamente comerciales, libres y sin control literario ni estatal de ninguna especie, empresas ayunas de todo criterio y sin garantía de ninguna clase, actores, autores y el teatro entero se hundirá cada día más, sin salvación posible.
El delicioso teatro ligero de revistas, vodevil y comedia bufa, géneros de los que soy aficionado espectador, podría defenderse y aun salvarse; pero el teatro en verso, el género histórico y la llamada zarzuela hispánica sufrirán cada día más reveses, porque son géneros que exigen mucho y donde caben las innovaciones verdaderas, y no hay autoridad ni espíritu de sacrificio para imponerlas a un público al que hay que domar con altura y contradecirlo y atacarlo en muchas ocasiones. El teatro se debe imponer al público y no el público al teatro. Para eso, autores y actores deben revestirse, a costa de sangre, de gran autoridad, porque el público de teatro es como los niños en las escuelas: adora al maestro grave y austero que exige y hace justicia, y llena de crueles agujas las sillas donde se sientan los maestros tímidos y adulones, que ni enseñan ni dejan enseñar.
Al público se le puede enseñar, conste que digo público, no pueblo; se le puede enseñar, porque yo he visto patear a Debussy y a Ravel hace años, y he asistido después a las clamorosas ovaciones que un público popular hacía a las obras antes rechazadas. Estos autores fueron impuestos por un alto criterio de autoridad superior al del público corriente, como Wedekind en Alemania y Pirandello en Italia, y tantos otros.
Hay necesidad de hacer esto para bien del teatro y para gloria y jerarquía de los intérpretes. Hay que mantener actitudes dignas, en la seguridad de que serán recompensadas con creces. Lo contrario es temblar de miedo detrás de las bambalinas y matar las fantasías, la imaginación y la gracia del teatro, que es siempre, siempre, un arte, y será siempre un arte excelso, aunque haya habido una época en que se llamaba arte a todo lo que nos gustaba, para rebajar la atmósfera, para destruir la poesía y hacer de la escena un puerto de arrebatacapas.
Arte por encima de todo. Arte nobilísimo. y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de pies a cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas. Artistas por ocupación y preocupación. Desde el teatro más modesto al más encumbrado se debe escribir la palabra "Arte" en salas y camerinos, porque si no vamos a tener que poner la palabra "Comercio" o alguna otra que no me atrevo a decir. Y jerarquía, disciplina y sacrificio y amor.
No quiero daros una lección, porque me encuentro en condiciones de recibirlas. Mis palabras las dicta el entusiasmo y la seguridad. No soy un iluso. He pensado mucho, y con frialdad, lo que pienso, y, como buen andaluz, poseo el secreto de la frialdad porque tengo sangre antigua. Yo sé que la verdad no la tiene el que dice "hoy, hoy, hoy" comiendo su pan junto a la lumbre, sino el que serenamente mira a lo lejos la primera luz en la alborada del campo.
Yo sé que no tiene razón el que dice: "Ahora mismo, ahora, ahora" con los ojos puestos en las pequeñas fauces de la taquilla, sino el que dice "Mañana, mañana, mañana" y siente llegar la nueva vida que se cierne sobre el mundo.

JACINTO BENAVENTE
LA MALQUERIDA



LOS QUINTERO
SAL GORDA (SAINETE)



MUÑOZ SECA
LA VENGANZA DE DON MENDO



JACINTO BENAVENTE
LOS INTERESESES CREADOS

PINTORES EXPRESIONISTAS
SOLANA


VALLE-INCLÁN
LUCES DE BOHEMIA (1920)
En la obra se cuenta el dantesco viaje de Max Estrella, poeta ciego, guiado por Latino de Hispalis por diversos lugares de la noche madrileña, hasta su muerte en la puerta de su propia casa al amanecer de un nuevo día.
La obra se estructura en 15 escenas. La acción abarca desde el atardecer a la noche del día siguiente en la taberna de Picalagartos. La obra se desarrolla en espacios múltiples, cada escena en un lugar, solo se repiten el guardillón y la taberna de Picalagartos: un guardillón miserable, una librería cueva, una calle, un calabozo, un paseo, la redacción de El Popular, el Ministerio de la Gobernación, la Buñolería Modernista, la taberna de Picalagartos, el cementerio… 
Los personajes, más de 50, son fantoches, parecen marionetas en su pretensión de trágicos. Pululan borrachos, prostitutas, celestinas, pícaros, mendigos artistas fracasados y bohemios, ujieres, pueblo… sin voluntad, animalizados y cosificados. Se mezclan personajes reales, históricos y de ficción.
En la obra se vierte una crítica feroz contra la sociedad de su tiempo, es una crítica colectiva a una sociedad injusta, mísera, estúpida, arbitraria que tienen como única salida la muerte. La parodia literaria, la animalización, la cosificación, la degradación proyectan una España grotesca y absurda que el publico al analizar con distanciamiento aprenderá a ser crítico. Esa visión caricaturizada procede de la técnica del esperpento: deforma la realidad para desenmascararla.
El teatro de Valle-Inclán sí es rupturista y renovador y entronca con las vanguardias europeas del expresionismo alemán, con Brecht y el teatro del absurdo.
En cuanto al lenguaje, asombra su riqueza y la variedad de registros empleados. Los más diversos tonos y modalidades aparecen con fines ya caracterizadores de los personajes, ya al servicio de la parodia o de la intención crítica. El lenguaje es la pieza capital de la obra y soporte del esperpento. El diálogo entre los personajes es rico y diverso, ajustándose al carácter, a la clase social y ala cultura de cada uno de ellos. Las réplicas son oportunas y exactas, combinando ágilmente los tonos y rasgos aludidos. 



LAS ACOTACIONES
Tienen una altísimo valor literario porque no son simples anotaciones escénicas, sino que tienen un carácter descriptivo y también narrativo y con un lenguaje literaturizado. El lenguaje de las acotaciones no suele ser un lenguaje literario, porque su función en la obra es absolutamente referencial (dar al director los datos precisos para el montaje); sin embargo, Valle convierte las acotaciones de sus obras en material literario, así que, además de su natural función referencial, cumplen también una función poética dentro del texto dramático, porque Valle creía que una obra teatral era una obra completa en la que se podían unir lo dramático, lo lírico y lo narrativo. Por eso, muchas acotaciones son imposibles de materializar en un escenario. Por otra parte, estas acotaciones tan literarias permitían a los lectores visualizar una obra dramática de difícil representación. En ellas se materializa la degradación de los personajes, su cosificación y animalización, las sombras también contribuyen a ello.
"Hora crepuscular. Un guardillón con ventano angosto, lleno de sol. Retratos, grabados, autógrafos repartidos por las paredes, sujetos con chinches de dibujante. Conversación lánguida de un hombre ciego y una mujer pelirrubia, triste y fatigada. El hombre ciego es un hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales, Máximo Estrella. A la pelirrubia, por ser francesa, le dicen en la vecindad Madama Collet." (Escena I)
"La cueva de ZARATUSTRA en el Pretil de los Consejos. Rimeros de libros hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. En la cueva hacen tertulia el gato, el loro, el can y el librero. ZARATUSTRA, abichado y giboso -la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente-, promueve, con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia muy emotiva y muy moderna. Encogido en el roto pelote de una silla enana, con los pies entrapados y cepones en la tarima del brasero, guarda la tienda. Un ratón saca el hocico intrigante por un agujero." (Escena II)
"Ante el mostrador, los tres visitantes, reunidos como tres pájaros en una rama, ilusionados y tristes, divierten sus penas en un coloquio de motivos literarios. Divagan ajenos al tropel de polizontes, al viva del pelón, al gañido del perro, y al comentario apesadumbrado del fantoche que los explota. Eran intelectuales sin dos pesetas".(Escena II)
"ENRIQUETA LA PISA-BIEN, una mozuela golfa, revenida de un ojo, periodista y florista, levantaba el cortinillo de verde sarga, sobre su endrina cabeza, adornada de peines gitanos."(Escena III)
"LA NIÑA PISA-BIEN, despintada, pingona, marchita, se materializa bajo un farol con su pregón de golfa madrileña." (Escena III)
"DORIO DE GADEX, feo, burlesco y chepudo, abre los brazos, que son como alones sin plumas, en el claro lunero."
"La mozuela, con una risa procaz, toma la mano del poeta, y la hace tantear sobre sus hombros, y la oprime sobre los senos. La vieja sórdida, bajo la máscara de albayalde, descubre las encías sin dientes, y tienta capciosa a DON LATINO." (ESCANA X)
ESCENA DUODÉCIMA 
Rinconada en costanilla y una iglesia barroca por fondo. Sobre las campanas negras, la luna clara. DON LATINO y MAX ESTRELLA filosofan sentados en el quicio de una puerta. A lo largo de su coloquio, se torna lívido el cielo. En el alero de la iglesia pían algunos pájaros. Remotos albores de amanecida. Ya se han ido los serenos, pero aún están las puertas cerradas. Despiertan las porteras. 
MAX: ¿Debe estar amaneciendo?
DON LATINO: Así es.
MAX: ¡Y que frío!
DON LATINO: Vamos a dar unos pasos. 

MAX: Ayúdame, que no puedo levantarme. ¡Estoy aterido! 
DON LATINO: ¡Mira que haber empeñado la capa!
MAX: Préstame tu carrik, Latino.
DON LATINO: ¡Max, eres fantástico! 

MAX: Ayúdame a ponerme en pie. 
DON LATINO: ¡Arriba, carcunda! 
MAX: ¡No me tengo!
DON LATINO: ¡Qué tuno eres! 

MAX: ¡Idiota! 
DON LATINO: ¡La verdad es que tienes una fisonomía algo rara!
MAX: ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela! 

DON LATINO: Una tragedia, Max.
MAX: La tragedia nuestra no es tragedia.
DON LATINO: ¡Pues algo será!
MAX: El Esperpento.
DON LATINO: No tuerzas la boca, Max.
MAX: ¡Me estoy helando!
DON LATINO: Levántate. Vamos a caminar. 

MAX: No puedo.
DON LATINO: Deja esa farsa. Vamos a caminar. 

MAX: Échame el aliento. ¿Adónde te has ído, Latino?
DON LATINO: Estoy a tu lado.
MAX: Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Échame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apis. Lo torearemos,
DON LATINO: Me estás asustando. Debías dejar esa broma.
MAX: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.
DON LATINO: ¡Estás completamente curda! MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando! 

MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.
DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo.
MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. 

DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato. MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas. 
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?
MAX: En el fondo del vaso.
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo! 

MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.
DON LATINO: Nos mudaremos al callejón del Gato.
MAX: Vamos a ver qué palacio está desalquilado. Arrímame a la pared. ¡Sacúdeme!
DON LATINO: No tuerzas la boca.
MAX: Es nervioso. ¡Ni me entero!
DON LATINO: ¡Te traes una guasa!
MAX: Préstame tu carrik.
DON LATINO: ¡Mira cómo me he quedado de un aire!
MAX: No me siento las manos y me duelen las uñas. ¡Estoy muy malo! 

DON LATINO: Quieres conmoverme, para luego tomarme la coleta.
MAX: Idiota, llévame a la puerta de mi casa y déjame morir en paz. 

DON LATINO: La verdad sea dicha, no madrugan en nuestro barrio.
MAX: Llama. 

DON LATINO DE HISPALIS, volviéndose de espaldas, comienza a cocear en la puerta. El eco de los golpes tolondrea por el ámbito lívido de la costanilla, y como en respuesta a una provocación, el reloj de la iglesia da cinco campanadas bajo el gallo de la veleta. 


                                                               
DIVINAS PALABRAS


FEDERICO GARCÍA LORCA
EL MALEFICIO DE LA MARIPOSA

EL TEATRO POÉTICO
EL MALEFICIO DE LA MARIPOSA 
FEDERICO GARCÍA LORCA
(1919)
Comedia en dos actos y un prólogo
PERSONAJES:
DOÑA CURIANA CURIANITA SILVIA MARIPOSA
GUSANO PRIMERO GUSANO SEGUNDO GUSANO TERCERO CURIANITA SANTA CURIANAS GUARDIANAS
CURIANA NIGROMÁNTICA
DOÑA ORGULLOS, madre de CURIANITA SILVIA CURIANITO EL NENE, hijo de DOÑA CURIANA ALACRANCITO EL CORTAMIMBRES
CURIANA CAMPESINA PRIMERA
CURIANA CAMPESINA SEGUNDA
OTRAS CURIANAS CAMPESINAS
PRÓLOGO
Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón, El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena. Los insectos estaban contentos, sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío y de educar a sus hijuelos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones. El amor pasaba de padres a hijos como una joya vieja y exquisita que recibiera el primer insecto de las manos de Dios. Con la misma tranquilidad y la certeza que el polen de las flores se entrega al viento, ellos se gozaban del amor bajo la hierba húmeda. Pero un día... hubo un insecto que quiso ir más allá del amor. Se prendó de una visión de algo que estaba muy lejos de su vida... Quizá leyó con mucha dificultad algún libro de versos que dejó abandonado sobre el musgo un poeta de los pocos que van al campo, y se envenenó con aquello de «yo te amo, mujer imposible». Por eso, yo os suplico a todos que no dejéis nunca libros de versos en las praderas, porque podéis causar mucha desolación entre los insectos. La poesía que pregunta por qué se corren las estrellas es muy dañina para las almas sin abrir... Inútil es deciros que el enamorado bichito se murió. ¡Y es que la Muerte se disfraza de Amor! ¡Cuántas veces el enorme esqueleto portador de la guadaña, que vemos pintado en los devocionarios, toma la forma de una mujer para engañarnos y abrirnos las puertas de su sombra! Parece que el niño Cupido duerme muchas veces en las cuencas vacías de su calavera. ¡En cuántas antiguas historietas, una flor, un beso o una mirada hacen el terrible oficio de puñal! 
Un viejo silfo del bosque escapado de un libro del gran Shakespeare, que anda por los prados sosteniendo con unas muletas sus alas marchitas, contó al Poeta esta historia oculta en un anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños, y ahora el poeta os la repite envuelta en su propia melancolía. Pero antes de empezar quiero haceros el mismo ruego que a él le hizo el viejo silfo aquel anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños. ¿Por qué os causan repugnancias algunos insectos limpios y brillantes que se mueven graciosamente entre las hierbas? ¿Y por qué a vosotros los hombres, llenos de pecados y de vicios incurables, os inspiran asco los buenos gusanos que se pasean tranquilamente por la pradera y tomando el sol en la mañana tibia? ¿Qué motivo tenéis para despreciar lo ínfimo de la Naturaleza? Mientras que no améis profundamente a la piedra y al gusano no entraréis en el reino de Dios. También el viejo silfo le dijo al poeta : "Muy pronto llegará el reino de los animales y de las plantas; el hombre se olvida de su Creador, y el animal y la planta están muy cerca de su luz; di, poeta, a los hombres que el amor nace con la misma intensidad en todos los planos de la vida; que el mismo ritmo que tiene la hoja mecida por el aire tiene la estrella lejana, y que las mismas palabras que dice la fuente en la umbría las repite con el mismo tono el mar; dile al hombre que sea humilde, ¡todo es igual en la Naturaleza!". Y nada más habló el viejo silfo. Ahora, escuchar la comedia. Tal vez os riáis al oír hablar a estos insectos como hombrecitos, como adolescentes. Y si alguna honda lección sacáis de ella, id al bosque para darle las gracias al silfo de las muletas, un anochecer tranquilo, cuando se hayan marchado los rebaños. 
ACTO PRIMERO 
La escena representa un prado verde y humilde bajo la sombra densa de un gran ciprés. Una veredita casi invisible borda sobre la hierba un ingenuo arabesco. Más allá del pradito, una pequeña charca rodeada de espléndidas azucenas y unas piedras azules... Es la hora casta del amanecer. Y todo el prado está cubierto de rocío. A la vera del camino se ven las madrigueras de los insectos como un minúsculo y fantástico pueblo de cuevas. De su casa sale DOÑA CURIANA con un manojito de hierbas a guisa de escoba. Es una cucaracha viejísima, a la que falta una de sus patas, que perdió a consecuencia de un escobazo que le dieron en una casa donde se alojaba siendo todavía joven y reluciente. Los martillos formidables de la aurora ponen al rojo la plancha fría del horizonte. 
ESCENA PRIMERA 
DOÑA CURIANA y la CURIANA NIGROMÁNTICA. 
DOÑA CURIANA. (Asomándose al prado) ¡Mañana clara y serena!
Ya rompe el primer albor. 
CURIANA NIGROMÁNTICA. (Con un cucurucho de estrellas y un manto de musgo seco.) Que Dios te bendiga, ¡oh vecina buena! 
DOÑA CURIANA.
¿Dónde vais, señora, de rocío llena? 
CURIANA NIGROMÁNTICA 
Vengo de soñar que yo era una flor Hundida en la hierba. 
DOÑA CURIANA. ¿Cómo soñáis eso? 
CURIANA NIGROMÁNTICA.
Sueño que las dulces gotas de rocío
Son labios de amores que me dejan besos 

LA CASA DE BERNARDA ALBA

LOS DRAMAS RURALES
BODAS DE SANGRE (1932)
YERMA(1934)
LA CASA DE BERNARDA ALBA
(1936)
La casa de Bernarda Alba.
Drama de mujeres en los pueblos de España
Bernarda, 60 años. 
Angustias, (hija), 39 años. Magdalena, (hija), 30 años. Amelia, (hija), 27 años. Martirio, (hija), 24 años. 
Adela, (hija), 20 años. 
María Josefa, madre de Bernarda, 80 años. 
La Poncia, 60 años. Criada, 50 años. Mendiga, con niña. Mujeres de luto. 
Muchacha
Mujer 1 Mujer 2 Mujer 3 Mujer 4 
El poeta advierte que estos tres actos tienen la intención de un documental fotográfico. 
Acto primero 
Habitación blanquísima del interior de la casa de Bernarda. Muros gruesos. Puertas en arco con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Sillas de anea. Cuadros con paisajes inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso se extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen doblar las campanas. 
(Sale la Criada) 
Criada: Ya tengo el doble de esas campanas metido entre las sienes. 
La Poncia: (Sale comiendo chorizo y pan) Llevan ya más de dos horas de gori-gori. Han venido curas de todos los pueblos. La iglesia está hermosa. En el primer responso se desmayó la Magdalena. 

Criada: Es la que se queda más sola.
La Poncia: Era la única que quería al padre. ¡Ay! ¡Gracias a Dios que estamos solas un

poquito! Yo he venido a comer. 
Criada: ¡Si te viera Bernarda...! 
La Poncia: ¡Quisiera que ahora, que no come ella, que todas nos muriéramos de hambre! ¡Mandona! ¡Dominanta! ¡Pero se fastidia! Le he abierto la orza de chorizos. 
Criada: (Con tristeza, ansiosa) ¿Por qué no me das para mi niña, Poncia? 
La Poncia: Entra y llévate también un puñado de garbanzos. ¡Hoy no se dará cuenta! 
Voz (Dentro): ¡Bernarda! 
La Poncia: La vieja. ¿Está bien cerrada? 
Criada: Con dos vueltas de llave. 
La Poncia: Pero debes poner también la tranca. Tiene unos dedos como cinco ganzúas. 
Voz: ¡Bernarda!
La Poncia: (A voces) ¡Ya viene! (A la Criada) Limpia bien todo. Si Bernarda no ve relucientes las cosas me arrancará los pocos pelos que me quedan. 
Criada: ¡Qué mujer! 
(…)
Bernarda: (Arrojando el abanico al suelo) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre. 

Martirio: Tome usted el mío. 
Bernarda: ¿Y tú?
Martirio: Yo no tengo calor.

Bernarda: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas. 
(…)

Bernarda: Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.



LAS COMEDIAS IMPOSIBLES (TEATRO SURREALISTA Y COMPROMETIDO)

ASÍ QUE PASEN CINCO AÑOS
(1931)
COMEDIA SIN TÍTULO
(1935)
EL PÚBLICO
(1929)
Drama en cinco cuadros Personajes
(Por orden de intervención) 

Cuarto del Director. 
CRIADO. Señor. 
DIRECTOR. ¿Qué? 
CRIADO. ¡El público! 
DIRECTOR. Que pase. 

HOMBRE I ° ¿El señor Director del teatro al aire fibre? DIRECTOR. Servidor de usted.

HOMBRE I.° Venimos a felicitarle por su última obra.

Cuadro primero 
El Director sentado. Viste de chaqué. Decorado azul. Una gran mano impresa en la pared. Las ventanas son radiografías. 
CRIADO. Señor. 
DIRECTOR. ¿Qué? 
CRIADO. Ahí está el público.
DIRECTOR. Que pase. 
(Entran cuatro Caballos Blancos.)
DIRECTOR. ¿Qué desean? (Los Caballos tocan sus trompetas.) Esto sería si yo fuese un hombre con capacidad para el suspiro. ¡Mi teatro será siempre al aire fibre! Pero yo he perdido toda mi fortuna. Si no, yo envenenaría el aire libre. Con una jeringuilla que quite la costra de la herida me basta. ¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi casa, caballos! Ya se ha inventado la cama para dormir con los caballos. (Llorando.) Caballitos míos.
LOS CABALLOS. (Llorando.) Por trescientas pesetas. Por doscientas pesetas, por un plato de sopa, por un frasco de perfume vacío. Por tu saliva, por un recorte de tus uñas.

DIRECTOR. ¡Fuera, fuera, fuera! (Toca un timbre.)

LOS CABALLOS. ¡Por nada! Antes te olían los pies y nosotros teníamos tres años. Esperábamos en el

retrete, esperábamos detrás de las puertas y luego te llenábamos la cama de lágrimas. (Entra el Criado.) 
DIRECTOR. ¡Dame un látigo!

LOS CABALLOS. Y tus zapatos estaban cocidos por el sudor, pero sabíamos comprender que la misma

relación tenía la luna con las manzanas podridas en la hierba.

DIRECTOR. (Al Criado.) ¡Abre las puertas!

LOS CABALLOS. No, no, no. ¡Abominable! Estás cubierto de vello y comes la cal de lo muros que no es tuya.

CRIADO. No abro la puerta. Yo no quiero salir al teatro. 

DIRECTOR. (Golpeándolo.) ¡Abre!
(Los Caballos sacan largas trompetas doradas y danzan lentamente al son de su canto.) 
(…)
(La Figura con el rostro de huevo se lo golpea incesantemente con las manos. Sobre el ruido de la lluvia canta el verdadero ruiseñor.) 
Telón
Cuadro cuarto
En el centro de la escena, una cama de frente y perpendicular, como pintada por un primitivo, donde hay un Desnudo Rojo coronado de espinas azules. Al fondo, unos arcos y escaleras que conducen a los palcos de un gran teatro. A la derecha, la portada de una universidad. Al levantarse el telón se oye una salva de aplausos. 
EL PÚBLICO
Parece que Lorca concibió esta obra durante su estancia en Nueva York en 1929, pero sin duda la mayor parte del texto fue escrito durante su estancia en Cuba en 1930, en casa de los hermanos Loynaz, así como en el hotel La Unión, en cuyo papel timbrado escribió partes del texto. La última página del primer manuscrito fue escrita ya de vuelta en Granada, el 22 de agosto de 1930.


BODAS DE SANGRE VERSUS LA NOVIA
La novia es una adaptación al cine de Bodas de sangre de Federico García Lorca, dirigida por Paula Ortiz.

Leonardo (Álex García), El Novio (Asier Etxeandia) y La Novia (Inma Cuesta) son desde niños un triángulo inseparable, pero Leonardo y La Novia poseen un hilo invisible, feroz, imposible de romper. Pasan los años y ella, angustiada, se prepara para su boda con El Novio, en medio del desierto blanco donde vive con su padre. El día anterior a la ceremonia, llama a su puerta una Mendiga que le ofrece un consejo: "No te cases si no le amas", y también un regalo: dos puñales de cristal. Un escalofrío recorre el alma y el cuerpo de La Novia. La tensión es cada vez es mayor, La novia se siente cada vez más inquieta, debe casarse con su novio, pero al que de verdad desea es a Leonardo, que, además, está casado. Una trágica historia de amor, una lucha del deseo contra el deber, de lo que se tiene que hacer para mantener la decencia contra lo que de verdad se desea hacer.


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