domingo, 15 de noviembre de 2015

PALABRAS PRESTADAS

LOS PRÉSTAMOS EN EL ESPAÑOL


            La lengua castellana ha tomado siempre préstamos, esas palabras útiles que aportan otras lenguas adaptadas a la nuestra y que se incorporan al habla habitual de la gente.

            No hay un solo idioma importante en el planeta que no haya recibido donaciones. la base de nuestro idioma la dio el latín, que a su vez acogió palabras de las lenguas prerromanas.

            Así, la lengua vasca aportó al castellano palabras como boina, aquelarre, kiosco, cachorro, chaparro, cencerro, pizarra, zurdo, urraca. En latín existía la palabra sinistra, que significaba "izquierda", pero perdió en castellano ese significado y tomó un valor peyorativo (siniestro), y el significado de "izquierda" lo tomó una palabra vasca , ezquera, que dio nuestra izquierda.

             En el noreste estaba situado el pueblo celta que nos dejó palabras como gancho, greña, losa, serna, álamo, berro, bota, brezo. Otras lenguas prelatinas nos dejaron  alud, arroyo, gusano, madroño, manteca, páramo, becerro, bruja, cama, charco y garrapata. Otros pueblos anteriores a los romanos también nos prestaron muchas palabras hoy todavía actuales: abarca, alcornoque, barranco, camorra, carrascal, caspa, gabarda, galápago, garabato, moño, morcón, muñeca, muñón, vega.

            Los godos nos dejaron palabras relacionadas con la guerra: tregua, arenga, espía, banda, ganar, guardia, guardián, espía, ropa, hato, brote, parra, esquilar, serón, aspa, rueca, ganso, gavilán, agasajar, ufano, rapar, triscar, Álvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, Argimiro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Adolfo, Ramiro, Galindo. Y los patronímicos y topónimos terminados en -ez y -iz .

            Los helenismos que encontramos en nuestra lengua son más de cuatro mil doscientos. Los helenismos vienen generalmente a través del latín, palabras para referirse a la vida cotidiana: baño, cesta, cuchara, cuerda, espada, espuerta, sábana, estopa, saco, bodega, cal, piedra, plaza, espárrago, esparto, olivo. Y también con el lenguaje eclesiástico: bautismo, biblia, blasfemar, clérigo, coro, diablo, catedral, coro, patriarca, profeta. A lo largo de la historia, desde el siglo XII hasta hoy, han llegado palabras relacionadas con la ciencia como anatomía, apoplejía, estómago, catarro, filosofía, gramática, aritmética, astrólogo, astrónomo, astrología, planeta, arteria, cólico, diarrea, epilepsia, gangrena, pronóstico, antídoto, ántrax, cráneo, metáfora, idioma, paradoja, paréntesis, problema, símbolo, enciclopedia, asfixia, autopsia, hemorragia, miope, antología, sinfonía, autonomía, crisis, biografía, autógrafo, anemia, anestesia, psiquiatría, asteroide, cosmos, cráter, teléfono. Y muchos de los sufijos que hoy utilizamos (hemi-, orto-).

            Los árabes hicieron llegar a nuestra lengua unas cuatro mil palabras: acebuche, aceite, aceituna, acelga, acequia, adarve, adobe, adoquín, ajedrez, ajuar, alacena, albahaca, alberca, alarde, albañil, albaricoque, alberca, albornoz, alcalde, alcaide, alcanfor, alcachofa, alcazaba, alcázar, alcoba, alcohol, aldea, alfanje, alférez, alforjas, alfil, alfombra, algarabía, algodón, alguacil, alhaja, alhelí, alicate, aljibe, almacén, almanaque, almazara, almena, almíbar, almirante, almirez, almohada, alpargata, alquiler, alquitrán, altramuz, alubia, amén, argolla, arrallán, arrecife, arroba, arroz, asesino, atalaya, atarjea, atún, azabache, azafrán, azahar, azar, azotea, azúcar, azucena, azul, azulejo, baño, barrio, bellota, berenjena, café, caraba, cárabo, caravana, carcajada, carmesí, cazurro, cero, ceutí, cifra, chaleco, dado, daga, embarazar, espinaca, falúa, fanega, fideo, fulano, gandul, guarismo, guitarra, hachís, ¡hala!, hazaña, ¡hola!, jabalí, jaque, jaqueca, jara, jarabe, jarra, jeta, jineta, jinete, jirafa, joroba, laca, lima, limón, mandil, marfil, máscara, momia, naranja, noria, nuca, ¡ojalá!, ¡olé!, paraíso, recua, rehén, res, rincón, sandía, tabique, talco, talega, tambor, tarifa, tarima, taza, zaguán, zaíno, zanahoria, zorzal, zurriaga.

            Las lenguas indígenas de América aportaron después muchos conceptos que los españoles de entonces no podían encontrar, porque desconocían las realidades a las que se referían; palabras mayas, del quechua, del nahuatl, del taíno, del guaraní, araucano o mapuche, el caribe, el aimara. Y así hoy están en nuestra lengua ajolote, canoa, caoba, maíz, maní, sabana, yuca, cacique, aguacate, coyote, hule, jícara, nopal, petaca, petate, alpaca, cancha, coca, cacao, llama, mate, puma, mapache, jaguar, petunia, tabaco, tiburón, tiza, tomate, papa.

            Otras lenguas con las que compartió espacio el español han aportado igualmente durante siglos palabras que hoy sentimos muy nuestras. Así, del catalán hemos recibido anguila, calamar, rape, anís, paella, escalfar, entremés, escarola, vinagre, barraca, nao, delantal, picaporte, reloj, galera, capicúa, timonel, mercader, oferta, cartel, cordel, cotejar, prensa, papel, imprenta. A nadie puede extrañarle que la palabra que designa la moneda española, peseta, sea de origen catalán.

            De la lengua que hablan los portugueses hemos recibido palabras como carabela, ostra, mejillón, buzo, chubasco, pleamar, vigía, virar.

            El italiano dejó buena parte de su herencia en el arte de la música: soneto, terceto, barítono, alto, bajo, tener, mandolina, piano, viola, violín, violonchelo, cantata, concierto, compositor, fusa, madrigal, libreto, ópera, pero también brújula, corsario, bombardear, escopeta, escolta, mosquete, mosquetero, fragata, zarpar.

            A través del Camino de Santiago llegaron a nuestra lengua muchos galicismos, y así  hoy tenemos blandir, jamón, jefe, corcel, aliar, galopar, trotar, capellán, capitel, fraile, hereje, hostal, mesón. La más francesa de nuestras palabras es español, que sustituyó a "españón". En el siglo de oro entran palabras como damisela, etiqueta, peluca, servilleta, jardín. Han llegado también al español palabras como cotizar, endosar, financiero, finanzas, garantía, letra de cambio, aviación, aterrizaje, biela, bobina, bujía, camión, descapotable, garaje, autobús, burocracia, buró, comité, compló, chalé, bidé, parqué, quinqué, paté, consomé, coñac, suflé, bisté, escalope, carné, gripe, turista, élite, chófer.

            Del inglés hemos recibido palabras como camping, baby-sitter, auto-stop, smoking (aunque ninguna de estas dos últimas palabras existen en inglés), striptease, football, parking, recordman, dancing, bestseller, cameraman, cassette, copyright, disc-jockey, film, meeting, hit-parade, flash, offset, mass-media, script, poster, playback, pop, show, speaker, spot, trailer, video, bikini, charter, jersey, boom, leasing, manager, marketing, self-service, interview, stock, base-ball, set, groggy, lob, holding, match, panty, pullover, spray, test, shorts, y otros que se han acomodado a nuestra fonética y a nuestra ortografía como aeropuerto, inflacción, ecología, esquizofrenia, fobia, fuelóleo, gasóleo, síndrome, tándem. En apenas unas décadas se han colocado en nuestra lengua tantas palabras como el árabe en ocho siglos. Algunas de estas palabras se acomodan a la nuestra,  como beisbol, líder, fútbol o mitin, por más que hayamos intentado balompié, pelota-base, arenga, acto electoral o discurso político. Pero ojo, muchos de los anglicismos que, por ejemplo, creíamos en 1993 que se iban a incorporar a nuestra lengua, se han olvidado. Tiempo al tiempo. Vamos adoptando los conceptos que nos pueden ser útiles: aeropuerto, cibernética, rugby, gol, poni, boxeo, boxeador, boxear. Entran palabras como bricolaje y sus derivados (bricobazar, bricotienda, bricotrabajo) por ser neologismos necesarios. Pero baby sitter es canguro; spray, pulverizador o aerosol; lob, globo; drive, derechazo; trailer, avance; match, partido; mass-media, medios de comunicación; wagons-lit, coche cama; manager, representante; hacer auto-stop, hacer dedo; show, espectáculo; cassette, grabadora o cinta; stocks, reservas; holding, grupo; disc-jockey, pinchadiscos; interview, entrevista; spot, anuncio; self-service, autoservicio; speaker, portavoz; best-seller, éxito; recordman, plusmarquista; overboking, saturación; Dentro de poco, ¡ojalá!, dejaremos de desayunar huevos con bacon, para hacerlo con panceta; dejaremos de escuchar el walkman (¿o walkwoman?) y llevaremos puestos los cascos, y la caja de leche en tetrabrik será "un cartón de leche". Las mujeres dejarán de tomar el sol en top less para "tomar el sol en tetas".


El idioma español ha tomado siempre préstamos, esas palabras útiles que aportan otras lenguas y que, adaptadas a la fonética propia se incorporan a la lengua habitual de la gente.  No hay un solo idioma importante en el mundo que no haya recibido donaciones.  La palabra peseta procede del catalán; albañil nos la dejaron los árabes; bramar nos la dieron los godos.  Nuestra lengua ahora consta de 83.500 palabras base (el recuento de vocablos formados mediante sufijos y derivados aumentaría notablemente la cifra). La base de nuestro idioma la dio el latín, a través del que entraron la mayoría de helenismos: baño, cesta, cuchara, cuerda, espada, espuerta, sábana, estopa, saco, bodega, cal, piedra, plaza, espárrago, esparto, olivo, bautismo, Biblia, blasfemar, clérigo, coro, diablo, catedral, patriarca, profeta, anatomía, apoplejía, estómago, catarro, filosofía, gramática, aritmética, astrólogo, astrónomo, astrología, planeta, arteria, cardiaco, cólico, diarrea, epilepsia, gangrena, pronóstico, antídoto, cráneo, metáfora, idioma, paradoja, paréntesis, problema, símbolo, enciclopedia, sinónimo, asfixia, autopsia, hemorragia, miope, antología, sinfonía, crisis.

Fueron las lenguas prerrománicas las que nos prestaron gancho, greña, losa, serna, álamo, berro, bota, brezo, alud, arroyo, gusano, madroño, manteca, páramo, becerro, bruja, cama, charco, garrapata.  La lengua vasca nos aportó boina, aquelarre, kiosco, cachorro, chaparro, cencerro, pizarra, urraca, zurdo.  De los godos hemos recibido palabras relacionadas con la guerra: tregua, arenga, espía, banda, ganar.

De los árabes hemos recibido unas 4.000 palabras: alfanje, alcazaba, alforjas, alarde, almirante, alcalde, alcázar, alcazaba, almenas, atalaya, albaricoque, aceituna, alberca, acequia, aljibe, noria, almazara.

          Las lenguas indígenas de América aportaron muchos conceptos que los españoles no podían encontrar entre sus vocablos porque desconocían lo que designaban: canoa, coyote, maíz, maní, sabana, cacique, aguacate, alpaca, cancha, mate, puma, cacao, coca, mapache, jaguar, petunia, tiburón, patata, tabaco.

Del catalán viene águila, calamar, rape, anís, paella, escalfar, entremés, escarola, vinagre, barraca, delantal, picaporte, reloj, galera, nao, socaire, capicúa, timonel, mercader, oferta, tarifa, cartel, cordel, cotejar, crisol, prensa, papel, imprenta.

De la lengua de los portugueses hemos recibido palabras como carabela, ostra, mejillón, buzo, chubasco, pleamar, vigía, virar.

El Italiano nos ha dejado soneto, terceto, barítono, alto, bajo, tenor, mandolina, piano, viola, violonchelo, batuta, cantata, concierto, ópera, compositor, fusa, madrigal, libreto, brújula, corsario, bombardear, escopeta, escolta, mosquete, mosquetero, fragata, zarpar.

De la lengua francesa hemos recibido palabras como blandir, jamón, jefe, corcel, aliar, galopar, trotar, capellán, capitel, fraile, hereje, hostal, mesón, español (que sustituyó a españón), etiqueta, moda, peluca, servilleta, jardín, cotizar, endosar, financiero, finanzas, garantía, aviación, aterrizaje, biela, bobina, bujía, camión, descapotable, garaje, autobús, burocracia, buró, comité, compló, chalé, bidé, parqué, qinqué, paté, consomé, coñac, suflé, bisté, escalope, carné, gripe, turista, élite, chófer.
Camping, baby-sitter, auto-stop, smoking (ninguna de las dos últimas no existe en inglés), striptease, football, parking, recordman, dancing, bestseller, cameraman, cassette, copyright, disc-jockey, film, meeting, hitparade, flash, offset, mass-media, script, poster, playback, pop, show, speaker, sport, trailer, video, bikini, chanter, jersey, boom, leasing, manager, marketing, self-service, interview, stock, base-ball, set, groggy, passhin-shot, lob, holding, match, match bali, smash, panty, pullover, spray, test shorts, aeropuerto, fobia, gaséleo, fuelóleo, sindrome.  En medio siglo el inglés ha dejado en nuestra lengua tantas palabras como el árabe en ocho centurias.  Algunas se han acomodado a nuestra lengua béisbol, fútbol, mitin.  Pero fijémonos:

Baby-sitter: canguro.
spray:pulverizador (aerosol).
Passhing-shot :golpe paralelo.
Lob: globo.
Drive:derechazo.
Trailer: avance.
Match: partido.
Mass media: medios de comunicación.
Wagons-lit:coches cama.
Manager:representante.
Auto stop:Hacer dedo.
Show:espectáculo.
Cassette:grabadora, cinta.
Stocks: reservas.

Disc-jockey: pinchadiscos (el
pincha, parecido al hincha)
lnterview:: entrevista.
Spot: anuncio.
Seif-service:autoservicio.
Speaker: portavoz.
Best-seller: éxito.
Recordman:plusmarquista.
Overbooking:saturación.
Bacon: panceta.
Tetrabrik: cartón de leche.
Waíkman (waikwoman?): llevar los cascos.
Top less: tomar el sol en tetas




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