miércoles, 10 de febrero de 2016

GENERACIÓN DEL 27/VANGUARDISMO

LA GENERACIÓN DEL 27

Fue Dámaso Alonso quien fijó la denominación de Generación del 27 como nombre más idóneo, ya que ese año este grupo de escritores homenajean al poeta barroco Luis de Góngora al cumplirse trescientos años de su muerte y se publican algunos de los mejores libros de estos poetas, así como las revistas más significativas del grupo. También ha sido llamada la Generación de la Amistad, la Generación de la Dictadura, la Generación de 1925.


En cuanto a la nómina de autores tampoco ha habido unanimidad. No hay duda para la crítica que han de estar los “ocho grandes”: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre. También se suelen añadir los nombres de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. 

Góngora

El andaluz envejecido que tiene gran razón para su
    orgullo,
El poeta cuya palabra lúcida es como diamante,
Harto de fatigar sus esperanzas por la corte,
Harto de su pobreza noble que le obliga
A no salir de casa cuando el día, sino al atardecer, ya
    que las sombras,
Más generosas que los hombres, disimulan
En la común tiniebla parda de las calles
La bayeta caduca de su coche y el tafetán delgado de
    su traje;
Harto de pretender favores de magnates,
Su altivez humillada por el ruego insistente,
Harto de los años tan largos malgastados
En perseguir fortuna lejos de Córdoba la llana y de su
    muro excelso,
Vuelve al rincón nativo para morir tranquilo y silencioso.

Ya restituye el alma a soledad sin esperar de nadie

Si no es de su conciencia, y menos todavía
De aquel sol invernal de la grandeza
Que no atempera el frío del desdichado,
Y aprende a desearles buen viaje
A príncipes, virreyes, duques altisonantes,
Vulgo luciente no menos estúpido que el otro;
Ya se resigna a ver pasar la vida tal sueño inconsistente
Que el alba desvanece, a amar el rincón solo
Adonde conllevar paciente su pobreza,
Olvidando que tantos menos dignos que él, como la
    bestia ávida
Toman hasta saciarse la parte mejor de toda cosa,
Dejándole la amarga, el desecho del paria.

Pero en la poesía encontró siempre, no tan sólo

    hermosura, sino ánimo,
La fuerza del vivir más libre y más soberbio,
Como un neblí que deja el puño duro para buscar las
    nubes
Traslúcidas de oro allá en el cielo alto.
Ahora al reducto último de su casa y su huerto le
    alcanzan todavía
Las piedras de los otros, salpicaduras tristes
Del aguachirle caro para las gentes
Que forman el común y como público son arbitro de
    gloria.
Ni aun esto Dios le perdonó en la hora de su muerte.

Decretado es al fin que Góngora jamás fuera poeta,

Que amó lo oscuro y vanidad tan sólo le dictó sus versos.
Menéndez y Pelayo, el montañés henchido por sus
    dogmas,
No gustó de él y le condena con fallo inapelable.

Viva pues Góngora, puesto que así los otros

Con desdén le ignoraron, menosprecio
Tras del cual aparece su palabra encendida
Como estrella perdida en lo hondo de la noche,
Como metal insomne en las entrañas de la tierra.
Ventaja grande es que esté ya muerto
Y que de muerto cumpla los tres siglos, que así pueden
Los descendientes mismos de quienes le insultaban
Inclinarse a su nombre, dar premio al erudito,
Sucesor del gusano, royendo su memoria.
Mas él no transigió en la vida ni en la muerte
Y a salvo puso su alma irreductible
Como demonio arisco que ríe entre negruras.

Gracias demos a Dios por la paz de Góngora vencido;

Gracias demos a Dios por la paz de Góngora exaltado;
Gracias demos a Dios, que supo devolverle (como
    hará con nosotros),
Nulo al fin, ya tranquilo, entre su nada.

(Como quien espera el alba)

Esta generación tiene tres maestros fundamentales: Ortega y Gasset (La deshumanización del arte), Juan Ramón Jiménez (poesía pura e intelectual para minorías) y Ramón Gómez de la Serna (impulsor y difusor de las vanguardias en España).
Se suelen señalar tres etapas en la evolución literaria del grupo.

Primera etapa: hasta 1927, aproximadamente.
 A esta etapa corresponden los tanteos iniciales, en que es notoria la presencia de tonos becquerianos, junto a algunos influjos de corte modernista. Pero pronto se deja sentir el influjo de las vanguardias (Ultraísmo y Creacionismo mencionados anteriormente), a la vez que el poeta Juan Ramón Jiménez los orienta hacia una poesía pura. Pero junto a este arte frío, hermético, en esta primera etapa también debemos señalar la corriente de lírica popular, la tradición, el neopopularismo (un libro representante es Marinero en tierra de Rafael Alberti) y una corriente de influjo clasicista, cultivando las formas estróficas tradicionales, que se observa en libros como Versos humanos de Gerardo Diego y Cal y canto de Alberti. 
Toda esta primera etapa culmina y desemboca en un auténtico fervor por el poeta barroco Luis de Góngora, como máximo exponente de un lenguaje poético formalmente perfecto. 

«Madrigal...» pertenece a Cal y canto, el más gongorino de los libros de poesías de Rafael Alberti, escrito entre 1926-1927 y publicado en Madrid en 1929 por Revista de Occidente. El poemario se divide en siete secciones, la quinta se compone de tres madrigales de similares características formales, de los cuales el dedicado al billete de tranvía ocupa el primer lugar; los dos restantes se titulan «Atentado» y «Tren amor». 

MADRIGAL AL BILLETE DE TRANVÍA
  Adonde el viento, impávido, subleva A
torres de luz contra la sangre mía, B
          tú, billete, flor nueva, a
cortada en los balcones del tranvía.B
  Huyes, directa, rectamente liso, C
en tu pétalo un nombre y un encuentro D
          latentes, a ese centro d
cerrado y por cortar del compromiso.C
  Y no arde en ti la rosa, ni en ti priva E
el finado clavel, si la violeta F
          contemporánea, viva, e
del libro que viaja en la chaqueta.F

ATENTADO

Robada por un pez de acero y lona,
tú, sin malló, dormida,
diste con una estrella que, escondida,
rondaba a Barcelona.
¡Susto en la luz! Teléfonos fundidos.
A los timbres, disparos.
El giratorio idioma de los faros,
los vientos, detenidos.
Y una voz, buzo negro, disfrazada
y en taxi, solicita
volarte el corazón con dinamita.
Mas tu ilesa, sin nada.


Branquias quisiera tener...


Branquias quisiera tener
porque me quiero casar.
Mi novia vive en el mar
y nunca la puedo ver.

Madruguera, plantadora,
allá en los valles salinos.
¡Novia mía, labradora
de los huertos submarinos!

¡Yo nunca te podré ver
jardinera en tus jardines
albos del amanecer!

                                     De: Marinero en tierra


Segunda etapa: de 1927 a la guerra civil
Los poetas, ya en plena madurez y un tanto cansados de las aventuras formalistas, comienzan un proceso de rehumanización de su lírica. Es en este momento cuando se produce la irrupción del Surrealismo, con una concepción del mismo, como ya se ha afirmado en otra ocasión, muy heterodoxa, pues incorpora lo humano y lo social. Los libros poéticos marcados por el surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis Cernuda en Los placeres prohibidosreivindica la homosexualidad. Lorca en Poeta en Nueva York, realiza una crítica feroz al capitalismo. 
Tercera etapa: después de la guerra
La mayoría de los poetas del 27 adoptaron una concreta militancia revolucionaria y todos se mostraron partidarios de la República al estallar la guerra civil en 1936. Lorca muere asesinado en este mismo año. Todos los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten para un largo exilio. El grupo poético del 27 se dispersa. Cada cual sigue su rumbo poético, pero ninguno abandona ya los caminos de una poesía cada vez más humana y comprometida. Por ejemplo Jorge Guillén, desde el exilio, con Clamor, inicia un ciclo poético marcado por el testimonio de las discordancias del mundo y por el dolor del hombre. En España, Dámaso Alonso publica en 1944 Hijos de la Irapoesía angustiada y existencial

LAS REVISTAS DEL 27






LOS POETAS DEL 27 
Pedro Salinas
(1891-1951)
 Catedrático de Literatura en varias universidades españolas e importante crítico literario. Tras la guerra se exilió y ejerció como docente en algunas universidades extranjeras. El tema central de su poesía es el amor, de ahí que haya sido considerado el poeta del amor por antonomasia dentro del grupo. Se suelen distinguir en su producción dos etapas: una primera integrada por PresagiosSeguro azar y Fábula y signo. La segunda, a partir de 1930, integra la gran trilogía amorosa: La voz a ti debidaRazón de amor y Largo lamento


LA VOZ A TI DEBIDA
Versos 102 a 126
¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
«¡si me llamaras, sí, si me llamaras!»
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: «No te vayas».


Jorge Guillén(1893-1984) coincidió en la Residencia de Estudiantes con los amigos y coetáneos de esa "generación de la amistad". Se dedicó profesionalmente a la docencia y ocupó, como Salinas, algunas cátedras universitarias en España y - tras el exilio- en universidades americanas.Recibió el Premio Cervantes en 1976. Siguió los dictados de la poesía pura, fue el más fiel seguidor del maestro Juan ramón Jiménez. Su estilo es muy elaborado, es muy característico de su poesía la abundancia de sustantivos para expresarla esencia de las cosas. Dos grandes períodos definen su actividad poética: el primero abarca la escritura de Cántico y el segundo la de Clamor. Este último compuesto de tres volúmenes: MaremagnumQue van a dar en la mar y A la altura de las circunstancias. Si Cántico es un canto de optimismo, un cántico a la creación, al goce de existir, en el que se celebra la armonía del universo , en cuyo centro se halla la realidad amorosa , y la integración del individuo en él, por el contrario, Clamor supone el desgarramiento y el pesimismo vital y en sus obras se ponen de manifiesto las discordancias del mundo.


LAS DOCE EN EL RELOJ
Dije: Todo ya pleno.
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
Sonaron con amor.
Los verdes eran grises,
El amor era sol.
Entonces, mediodía,
Un pájaro sumió
Su cantar en el viento
Con tal adoración
Que se sintió cantada
Bajo el viento la flor
Crecida entre las mieses,
Más altas. Era yo,
Centro en aquel instante
De tanto alrededor,
Quien lo veía todo
Completo para un dios.
Dije: Todo, completo.
¡Las doce en el reloj!


Gerardo Diego (1896-1987) Es el compilador de una Antología poética del grupo del 27 en 1932. Fue docente en varios institutos españoles, perteneció a la RAE, ganó el Nacional de Literatura –ex aequo con Alberti-, el Cervantes,... fundó también dos revistas que sirvieron de animadoras culturales a sus compañeros: Carmen y Lola. Con más de cuarenta títulos la obra de Diego es de las más extensas del grupo. Es una obra dual, dividida por la atracción que el autor sintió a la vez por la tradición y la vanguardia. Algunas obras: Desde Versos humanos, Soria o Alondra de verdad, caracterizados por el clasicismo, hasta obras como ImagenFábula de Equis y ZedaManual de espumas, de corte creacionista .

ÁNGELUS

A Antonio Machado
Sentado en el columpio
el ángelus dormita
Enmudecen los astros y los frutos
Y los hombres heridos
pasean sus surtidores
como delfines líricos
Otros más agobiados
con los ríos al hombro
peregrinan sin llamar en las posadas
La         vida         es         un         único         verso         interminable
Nadie llegó a su fin
Nadie sabe que el cielo es un jardín

Olvido. 
El ángelus ha fallecido 
Con la guadaña ensangrentada
un segador cantando se alejaba



Vicente Aleixandre (1898-1984)
Estudió Derecho y Comercio pero, debido a una grave enfermedad, se dedicó por entero a la poesía. Fue miembro de la Real Academia y en 1977 obtuvo el Premio Nobel. Conviene distinguir en su obra varias etapas: en la primera etapa el hombre es para él la criatura más penosa del universo. Dos títulos destacan en esta etapa surrealista: La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. En la segunda etapa el hombre es visto ahora positivamente. Sigue siendo una criatura que sufre, pero se destaca por su quehacer valiente y doloroso. Obra destacada de esta etapa es Historia del Corazón. A la última etapa corresponde Poemas de la consumación (1968). 
Federico García Lorca (1898-1936) Es el escritor más célebre del siglo XX y de fama universal. Hijo de una familia muy acomodada estudió música con Manuel de Falla y se trasladó a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes y compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros, momentos cruciales para el arte del siglo XX. Viajó a Nueva York (1929) y a Cuba, donde fue testigo del crack de la bolsa del 29. Vuelto a España escribe tragedias y dramas de gran éxito. Fue director del teatro universitario La Barraca con el que recorrió numerosos lugares de España llevando lo mejor de nuestra dramaturgia. Su republicanismo de izquierda y su condición de triunfador hicieron de él en Granada, al estallar la guerra, una víctima fatal.  Todas la obras lorquianas se sustentan en un poderoso código simbólico: la luna, el agua, la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico. Su poética la podemos clasificar del siguiente modo: 
·       Los primeros libros: en 1921 publica Libro de poemas. Después compone 3 libros: Poema del Cante JondoCanciones y Suites. Hay en ellos poesía pura, juegos..., pero también nostalgia y los temas trágicos típicamente lorquianos, como es la presencia de la Andalucía trágica, la Andalucía del llanto, en el Poema del Cante Jondo. 
·       El Romancero gitano se publica en 1928, libro dedicado a esta etnia marginada. Lorca se siente atraído por ellos y convierte al mundo gitano en un mito, gracias al tema del destino trágico: los personajes, al margen de un mundo convencional y hostil, están marcados por la frustración o la muerte. En El Romancero, Lorca alcanza el punto más alto de estilo con la fusión de lo culto y lo popular. 
·       En Poeta en Nueva York (1929), como ya se ha dicho en otro apartado es un libro de influjo surrealista y con un marcado acento social. En aquella ciudad vio el poder del dinero, la injusticia social, la deshumanización. Los poemas son gritos de dolor y de protesta, que encuentran su cauce adecuado en la técnica surrealista: el versículo y la imagen alucinante le sirven para expresar un mundo absurdo que descargan su cólera . 
·       Últimas obras poéticasEl llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), poema elegíaco inspirado en la muerte del amigo y famoso torero, en el que se combinan el acento popular y las imágenes surrealistas. El Diván del Tamarit (1936), que tiene una clara influencia de la poesía arábigo-andaluza, y  Sonetos del amor oscuro, poemas de dolor y gozo por la experiencia amorosa. 



CIUDAD SIN SUEÑO (NOCTURNO DEL BROOKLYN BRIDGE)
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
                   Poeta en Nueva York
AUDIOS DE POEMAS DE LORCA
SUSTO EN EL COMEDOR



Dámaso Alonso (1898-1990) Catedrático de universidad, profesor y conferenciante en universidades extranjeras, académico y director de la RAE, académico de la Historia y de numerosas academias internacionales, doctor honoris causa por diversas universidades de Europa y América, Dámaso Alonso ha sido una de las figuras intelectuales más brillantes de la España contemporánea. A su condición de poeta unió un finísimo ingenio que hizo de él uno de los mejores críticos literarios. Una de sus obras fundamentales, Hijos de la ira (1944), supone un verdadero aldabonazo en las conciencias en el silencio de la posguerra y representa la culminación de su lírica.

INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?


Rafael Alberti (1902 –1999) Su infancia marinera en el Puerto de Santa María se ve sustituida con el traslado de su familia a Madrid. Aunque su vocación primera había sido la pintura, Alberti, gana bien joven el Nacional de Literatura –ex aequo con G. Diego- por Marinero en tierra en 1925. Se afilió al Partido Comunista y colaboró en varias empresas de la República. Tras la guerra se exilió y vivió en Italia, Argentina... Alberti regresa a España en 1977, después de la muerte de Franco y la instauración de la monarquía. Ese año es elegido diputado al Congreso en las listas del PCE, pero no tarda en renunciar al escaño para continuar con su trabajo como poeta y pintorRecibió el Premio Cervantes en 1983. Toda su peripecia vital ha sido contada por el poeta en La arboleda perdida.
 Caben distinguir cinco momentos en la lírica albertiana:
·       Etapa neopopularista. Se da en estas obras la fusión entre la tradición y vanguardia propia de los autores del 27. Pertenecen a esta etapa la obra Marinero en tierra
·       Etapa gongorina y vanguardista. Entre 1926 y 1927 escribe Cal y canto. Por una parte este libro rinde culto a la moda gongorina con sonetos, tercetos, romances cultos, y por otra parte, incluye poemas audazmente vanguardistas, como el poema Madrigal al billete del tranvíaVenus en ascensorPlatko(portero húngaro del Barcelona). 
·       La etapa plenamente surrealista se inicia con Sobre los ángeles. Los ángeles simbolizan la crueldad, la tristeza, la desesperanza, la muerte... 
·       Poesía civil y política: con la llegada de la República, Alberti toma posiciones marxistas revolucionarias, son de esta época Poeta en la calle. En el destierro, el tema político se mezcla con el tema de la nostalgia, como, por ejemplo, Entre el clavel y la espada
Telegrama                                    ( Cal y canto, Rafael Alberti)

Nueva York.
Un triángulo escaleno
Asesina a un cobrador.

El cobrador, de hojalata.
Y el triángulo, de prisa,
Otra vez a su pizarra.

Nick Carter no entiende nada.

¡Oh!

Nueva York.


ANÁLISIS DE "TELEGRAMA" POR RICARDO SENABRE

Entre el clavel y la espada(Guerra a la guerra por la guerra.) Vente.
Vuelve la espalda. El mar. Abre la boca.
Contra una mina una sirena choca
y un arcángel se hunde, indiferente.

Tiempo de fuego. Adiós. Urgentemente.
Cierra los ojos. Es el monte. Toca.
Saltan las cumbres salpicando roca
y se asesina un bosque, inútilmente.

¿Dinamita a la luna también? Vamos.
Muerte a la muerte por la muerte: guerra.
En verdad, piensa el toro, el mundo es bello.

Encendidos están, los ramos.
Abre la boca. (El mar. El monte.) Cierra
los ojos y desátate el cabello.

        
Escrito en el exilio , Alberti inició una nueva etapa literaria que lo llevó a crear una poesía no política titulada “Entre el clavel y la espada”. En él podemos encontrar una combinación de lucha y lirismo.
A través de la niebla caporal de tabaco                               

A través de la niebla caporal de tabaco                               

Miro el río de Francia                                                                

Moviendo escombros tristes, arrastrando ruinas            

Por el pesado verde ricino de sus aguas.                             

Mis ventanas                                                                                

Ya no dan a los álamos y los ríos de España.                      

Quiero mojar la mano en tan espeso frío                             

Y parar lo que pasa                                                                   

Por entre ciegas bocas de piedra, dividiendo                  
Subterráneas corrientes de muertos y cloacas.                               

Mis ventanas                                                                               

Ya no dan a los álamos y los ríos de España.                      
Miro una lenta piel de toro desollado,                                 
Sola, descuartizada,                                                                   
Sosteniendo cadáveres de voces conocidas,                       
Sombra abajo, hacia el mar, hacia una mar sin barcas.     
Mis ventanas                                                                                
Ya no dan a los álamos y los ríos de España.                       
Desgraciada viajera fluvial que de mis ojos                      
Desprendidos arrancas                                                           
Eso que de sus cuencas desciende como río                     
Cuando el llanto se olvida de rodar como lágrima.           
Mis ventanas                                                                               
Ya no dan a los álamos y los ríos de España.                     


Podemos apreciar el dolor, la nostalgia por su patria perdida, de la que por motivos políticos se encuentra alejado, tras la cruenta Guerra Civil y la instalación en el poder del bando de los vencedores.
 El paisaje exterior que contempla desde su ventana – más concretamente el río- le sirve a Alberti, por su continuidad a lo largo del poema, para poner en pie una alegoría de impresionante fuerza dramática. El río que ve desde allí, en el tiempo histórico en que se encuentra, no es el que le gustaría contemplar. Por tanto convierte el río en metáfora / símbolo de España. Este río de España sería el único elemento del poema que muestra una connotación positiva, acompañado por sus álamos.

Se equivocó la paloma
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas, rocío;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
Los niños de Extremadura
Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quien les robó los zapatos?
Les hiere el calor y el frío.
¿Quién les rompió los vestidos?
La lluvia
les moja el sueño y la cama.
¿Quién les derribó la casa?
No saben
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?
Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?
Rafael Alberti: El poeta en la calle (obra civil)

A GALOPAR, A GALOPAR
Las tierras, las tierras, las tierras de España
las grandes, la sola desierta llanura
galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo
que la tierra es tuya
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)
A corazón, suenan, suenan, resuenan
las tierras de españa en las herraduras
galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo
que la tierra es tuya
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie
que es nadie la muerte si va en tu montura
galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo
que la tierra es tuya
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar (bis)

Luis Cernuda (1902-1963) Tomó partido por la causa republicana y se exilió a Inglaterra primero y luego a Estados Unidos y a México donde ejerció como profesor de español. Reunió toda su poesía bajo el elocuente título de La realidad y el deseo, cuyo centro temático, como su mismo título indica es el doloroso divorcio entre su anhelo de realización personal (el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad). Una de las obras más sobresalientes es Los placeres prohibidos.

Donde habite el olvido
 Luis Cernuda

I
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo solo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allá donde termine ese afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.



Emilio Prados (1899-1962) La formación humana y literaria de Emilio Prados debe mucho a la Residencia de estudiantes. Fundó con Altolaguirre la revista Litoral. Durante los años de la República se dedicó a la instrucción cultural en Málaga. Se exilió luego a México donde vivió dedicándose a la docencia. De entre su obra sobresalen las Canciones del farero y Jardín cerrado
Manuel Altolaguirre (1905-1959) El más joven del grupo no fue sólo un exquisito poeta, sino también su impresor y editor. Además de fundar Litoral con Prados auspició múltiples empresas editoriales, entre ellas la revista Caballo verde para la poesía. También tomó partido por la causa republicana y en el 38 se exilió a Cuba y luego a México.
La obra de Altolaguirre es breve. Cabe citar Las islas invitadas o La lenta libertad. 



Como hemos podido comprobar el vanguardismo constituye un ciclo de enorme interés en la literatura contemporánea. Su fecundidad queda de manifiesto al comprobar cómo el grupo poético del 27 se enriquece integrando muy originalmente los diversos movimientos vanguardistas junto a la tradición literaria española. Toda la crítica considera que esta generación ha supuesto una nueva edad de oro para la poesía española en cuanto que los poetas que hemos venido estudiando en el tema y otros que hemos tenido que dejar por falta de espacio, se caracterizan por una originalísima síntesis entre polos opuestos: entre lo intelectual y lo sentimental, entre vanguardia y tradición, entre la pureza estética y la autenticidad humana, la búsqueda de la perfección formal y el compromiso político y humano, entre lo culto y lo popular y entre lo universal y lo español. 


EL TEATRO DE LORCA
CHARLA SOBRE TEATRO EN LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉDEZ PELAYO
FEDERICO GARCÍA LORCA


Queridos amigos: Hace tiempo hice firme promesa de rechazar toda clase de homenajes, banquetes o fiestas que se hicieran a mi modesta persona; primero, por entender que cada uno de ellos pone un ladrillo sobre nuestra tumba literaria, y segundo, porque he visto que no hay cosa más desolada que el discurso frío en nuestro honor, ni momento más triste que el aplauso organizado, aunque sea de buena fe.
Además, esto es secreto, creo que banquetes y pergaminos traen el mal fario, la mala suerte, sobre el hombre que los recibe; mal fario y mala suerte nacidos de la actitud descansada de los amigos que piensan: "Ya hemos cumplido con él".
Un banquete es una reunión de gente profesional que come con nosotros y donde están, pares o nones, las gentes que nos quieren menos en la vida.
Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en los cuales se nos dijera gallardamente y con verdadera saña: "¿A que no tienes valor de hacer esto?" "¿A que no eres capaz de expresar la angustia del mar en un personaje ?" "¿A que no te atreves a contar la desesperación de los soldados enemigos de la guerra?". Exigencia y lucha, con un fondo de amor severo, templan el alma del artista, que se afemina y destroza con el fácil halago. Los teatros están llenos de engañosas sirenas coronadas con rosas de invernadero, y el público está satisfecho y aplaude viendo corazones de serrín y diálogos a flor de dientes; pero el poeta dramático no debe olvidar, si quiere salvarse del olvido, los campos de rosas, mojados por el amanecer, donde sufren los labradores, y ese palomo, herido por un cazador misterioso, que agoniza entre los juncos sin que nadie escuche su gemido.
Huyendo de sirenas, felicitaciones y voces falsas, no he aceptado ningún homenaje con motivo del estreno de Yerma; pero he tenido la mayor alegría de mi corta vida de autor al enterarme de que la familia teatral madrileña pedía a la gran Margarita Xirgu, actriz de inmaculada historia artística, lumbrera del teatro español y admirable creadora del papel, con la compañía que tan brillantemente la secunda, una representación especial para verla.
Por lo que esto significa de curiosidad y atención para un esfuerzo notable de teatro. doy ahora que estamos reunidos, las más rendidas, las más verdaderas gracias a todos. Yo no hablo esta noche como autor ni como poeta, ni como estudiante sencillo del rico panorama de la vida del hombre, sino como ardiente apasionado del teatro de acción social. El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la edificación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad del pueblo; y un teatro destrozado. donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar y adormecer a una nación entera.
El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre.
Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo". No me refiero a nadie ni quiero herir a nadie; no hablo de la realidad viva, sino del problema planteado sin solución.
Yo oigo todos los días, queridos amigos, hablar de la crisis del teatro, y siempre pienso que el mal no está delante de nuestros ojos, sino en lo más oscuro de su esencia; no es un mal de flor actual, o sea de obra, sino de profunda raíz, que es, en suma, un mal de organización. Mientras que actores y autores estén en manos de empresas absolutamente comerciales, libres y sin control literario ni estatal de ninguna especie, empresas ayunas de todo criterio y sin garantía de ninguna clase, actores, autores y el teatro entero se hundirá cada día más, sin salvación posible.
El delicioso teatro ligero de revistas, vodevil y comedia bufa, géneros de los que soy aficionado espectador, podría defenderse y aun salvarse; pero el teatro en verso, el género histórico y la llamada zarzuela hispánica sufrirán cada día más reveses, porque son géneros que exigen mucho y donde caben las innovaciones verdaderas, y no hay autoridad ni espíritu de sacrificio para imponerlas a un público al que hay que domar con altura y contradecirlo y atacarlo en muchas ocasiones. El teatro se debe imponer al público y no el público al teatro. Para eso, autores y actores deben revestirse, a costa de sangre, de gran autoridad, porque el público de teatro es como los niños en las escuelas: adora al maestro grave y austero que exige y hace justicia, y llena de crueles agujas las sillas donde se sientan los maestros tímidos y adulones, que ni enseñan ni dejan enseñar.
Al público se le puede enseñar, conste que digo público, no pueblo; se le puede enseñar, porque yo he visto patear a Debussy y a Ravel hace años, y he asistido después a las clamorosas ovaciones que un público popular hacía a las obras antes rechazadas. Estos autores fueron impuestos por un alto criterio de autoridad superior al del público corriente, como Wedekind en Alemania y Pirandello en Italia, y tantos otros.
Hay necesidad de hacer esto para bien del teatro y para gloria y jerarquía de los intérpretes. Hay que mantener actitudes dignas, en la seguridad de que serán recompensadas con creces. Lo contrario es temblar de miedo detrás de las bambalinas y matar las fantasías, la imaginación y la gracia del teatro, que es siempre, siempre, un arte, y será siempre un arte excelso, aunque haya habido una época en que se llamaba arte a todo lo que nos gustaba, para rebajar la atmósfera, para destruir la poesía y hacer de la escena un puerto de arrebatacapas.
Arte por encima de todo. Arte nobilísimo. y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de pies a cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas. Artistas por ocupación y preocupación. Desde el teatro más modesto al más encumbrado se debe escribir la palabra "Arte" en salas y camerinos, porque si no vamos a tener que poner la palabra "Comercio" o alguna otra que no me atrevo a decir. Y jerarquía, disciplina y sacrificio y amor.
No quiero daros una lección, porque me encuentro en condiciones de recibirlas. Mis palabras las dicta el entusiasmo y la seguridad. No soy un iluso. He pensado mucho, y con frialdad, lo que pienso, y, como buen andaluz, poseo el secreto de la frialdad porque tengo sangre antigua. Yo sé que la verdad no la tiene el que dice "hoy, hoy, hoy" comiendo su pan junto a la lumbre, sino el que serenamente mira a lo lejos la primera luz en la alborada del campo.

Yo sé que no tiene razón el que dice: "Ahora mismo, ahora, ahora" con los ojos puestos en las pequeñas fauces de la taquilla, sino el que dice "Mañana, mañana, mañana" y siente llegar la nueva vida que se cierne sobre el mundo.

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